Para los judíos, el Sabbat es el séptimo día de la semana, por tanto, es el día de descanso y de celebración. Empieza 18 minutos antes de la puesta del sol del viernes (36 minutos en Jerusalén) y termina una hora después del atardecer del sábado; técnicamente según la ley judía, dura hasta que se vean tres estrellas en el cielo. Es el día que, según el Génesis, Dios descansó tras la creación. Los judíos viven el Sabbat como un símbolo que les sirve para reforzar su religión y su creencia.
Al ser un día sagrado, los judíos lo dedican para estar con la familia y para la oración. En el caso de los judíos ortodoxos tienen prohibido la realización de 39 actividades creativas, a destacar: encender o apagar fuegos, utilizar la electricidad, viajar en coche, escribir, cocinar, coser, cosechar, lavar, hacer negocios, manejar dinero… En Israel donde el 76.1% de la población profesa el judaísmo, es una festividad a tener muy en cuenta a la hora de visitar el país. Para los turistas el Sabbat puede convertirse desde un gran inconveniente, ya que la mayoría de tiendas y restaurantes permanecerán cerrados, hasta una gran pesadilla en el caso de no haber caído en la cuenta de que te encuentras en Sabbat e intentas encontrar transporte público para regresar al hotel. Pero teniendo bien atado tu recorrido y tus visitas por Israel, puede ser una de las mejores experiencias a recordar.

Si has escuchado o leído por ahí que durante el Sabbat todo está cerrado en Israel, no es verdad. Es cierto que es un día con algunas limitaciones y que afectará en tu recorrido, pero eso no significa que no puedas hacer nada. El impacto del Sabbat varía de un lugar a otro dentro de Israel. Por ejemplo, en ciudades de mayoría árabe prácticamente no afectan estas prohibiciones, la mayoría de tiendas y restaurantes, como el transporte seguirán funcionando con normalidad. Pero en las ciudades de mayoría judía, como es el caso de Jerusalén, tenemos que tenerlo muy en cuenta si uno no quiere quedarse sin cenar o regresar a pie hasta su hotel.
En Jerusalén, durante el Sabbat la mayoría de los autobuses y trenes interurbanos y metropolitanos interrumpen su servicio entre la tarde del viernes y la tarde del sábado. Hay algunos taxis funcionando, pero estos cobran un 25 % más que en días laborables. Muchos restaurantes cierran a media tarde los viernes y a veces no abren hasta el domingo por la mañana. Aunque siempre encontrarás algo abierto para los turistas, pero dependerá de la zona en la que te encuentres y habrá que buscarlo. El viernes se complica un poco más la cosa, ya que también las tiendas y restaurantes musulmanas permanecen cerradas. El viernes, por tanto, solo permanecen abiertos los negocios del barrio cristiano.
Otra cosa a tener en cuenta es que algunos hostales pequeños cierran el mostrador de la recepción durante este periodo. Conviene asegurar con el hostal de que estarán abiertos a tu llegada sí tu intención es llegar en medio del Sabbat. En este artículo del País puedes ver cinco lugares que no cierran durante el Sabbat en Jerusalén; Abierto en Sabbat en Jerusalén
A pesar de algunos inconvenientes es un momento fascinante para estar en la Ciudad Vieja de Jerusalén. Cada viernes y justo 36 minutos antes de la puesta del sol, se puede escuchar una sirena por toda la ciudad. Señal que da comienzo al Sabbat.
Las calles poco a poco se van llenando de gente. Todos, con sus mejores galas, van de camino al Muro de las Lamentaciones o acarrean bolsas llenas de comida de camino a casa de un amigo o familiar para celebrar la tradicional cena del viernes. Impresiona ver a los hombres todos vestidos de negros, con sus sombreros de piel, sus largas barbas y sus tirabuzones y la mayoría con el Torá en la mano; las mujeres con vestidos que parecen sacado de los años 40 y con sus cabezas cubiertas por pañuelos o pelucas; y a todos los niños con su kipá, de ganchillo en el caso de los ortodoxos modernos o sionistas o de terciopelo negro si son jaredíes.

A medida que te vayas acercando al Muro, el gentío y la ola de cánticos ira en aumento. Una vez pases el control de seguridad, llegarás a la explanada frente al muro y la escena que allí te espera es electrizante. Grupos de personas bailando, cantando, aupándose y celebrando. Miles de judíos balanceándose y rezando, todos mirando al muro o intentando llegar hasta él para tocarlo y besarlo. Sin duda, es el momento de vivir la ciudad en plena efervescencia y la mejor manera de ver cómo los judíos viven su festividad más sagrada. Para saber más sobre el muro de las lamentaciones o que ver y hacer en Jerusalén, te recomiendo echar un vistazo a mi entrada: JERUSALÉN. También puedes pinchar en ISRAEL para saber todo las maravillas que te están esperando en este maravilloso país.

En el caso de que prefieras recorridos más tranquilos y visitas donde haya menos gente, puedes dedicar estos días de Sabbat a conocer alguna de las ciudades musulmanas como Acre o Jaffa (en Tel Aviv) o ciudades cristianas como Nazaret donde todo funcionará con normalidad y no habrá tanta aglomeración de personas. Tel Aviv es una ciudad mucho más joven, moderna y menos religiosa, por lo que el Sabbat no será motivo de limitaciones y se puede disfrutar de su animada vida nocturna cualquier día de la semana.
Independientemente de en la ciudad en la que te encuentres, has de saber que la mayoría de los museos, parques nacionales o reservas naturales abren siete días a la semana, aunque muchos museos cierran los viernes dos horas antes que el resto de los días. Algunos lugares cristianos pueden estar cerrados los domingos por la mañana, y las mezquitas suelen estar cerrados a los visitantes los viernes.
Los aeropuertos funcionan con normalidad. Los puestos de control fronterizos entre Israel y Cisjordania o Israel con Jordania y Egipto cierran pronto los viernes y sábados por la tarde. Para saber un poco más sobre las fronteras terrestres con Jordania puedes leer: CRUZAR LA FRONTERA DE ISRAEL Y JORDANIA.
El Sabbat vendría a ser parecido a nuestro domingo, cuando parte de los comercios cierran. Aunque en el caso de Jerusalén, no es que cierre gran parte del comercio sino que prácticamente la ciudad entera se paraliza. Aún así la experiencia de visitar Jerusaén el viernes por la noche, en el momento que da comienzo el Sabbat, es maravilloso. Creo que es algo que al menos se debería de ver una vez en la vida. Una vivencia para el recuerdo.
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