Rumania es un destino aún por descubrir. A pesar de que este país está en boca de todos por estar relacionado con fantásticas historias llenas de misterios, algunos incluso sobrenaturales, como el del conde Drácula, no es un país demasiado turístico. Después de mi viaje, en el que recorrí gran parte de Rumanía en 11 días, puedo decir que este país es mucho más que Drácula. Está lleno de sorpresas, de bellezas naturales y de contrastes maravillosos. Sin ir más lejos, es el país donde vive el mayor carnívoro del continente europeo, el Oso pardo, y no es difícil encontrarte con un ejemplar durante tu viaje.
Si quieres saber que es lo imprescindible de Rumania y qué no te deberías perder en un recorrido por Rumanía en 11 días, te aconsejo que siguas leyendo este artículo. Aquí encontraras un bonito y completo recorrido por todo el país, que bien puedes realizar en coche o contratando un circuito. En el caso de que no dispongas de tanto tiempo, pincha en BRASOV Y SUS ALREDEDORES, donde encontrarás la información para conocer lo principal de Transilvania, la región más visitada y turística de Rumania.
ÍNDICE
DÍA 1: LLEGADA, RECOGIDA DEL COCHE Y DORMIR EN SINAIA.
TRANSILVANIA
Es la primera región de Rumania donde nos dirigimos. Es ciertamente la región más famosa del país, por sus hermosos castillos góticos, sus parajes boscosos y por tener algunas de las ciudades más bellas como son Brasov, Sighisoara y Sibiu. Estas hermosas ciudades, junto con sus pueblos olvidados en el tiempo y sus castillos medievales, siguen alimentando las fantasías y leyendas de los aficionados a los vampiros. A pesar de ser la región más conocida de Rumania, debemos saber que Transilvania ha pertenecido durante casi un milenio (hasta la primera Guerra Mundial) a Hungría. De hecho, aún encontramos pueblos donde solo se habla húngaro, como son los pueblos de la Tierra Székely, conocidos también por sus aguas termales como, por ejemplo: Baile Tusnad, donde pasamos la penúltima noche de nuestro recorrido.
Fue anexionada por el rey húngaro Esteban I en el siglo XI y posteriormente se construyeron siete ciudades fortificadas para ayudar a defender las fronteras orientales de Hungría. Algunas de estas ciudades son hoy en día de las más bonitas y visitadas del país, como Bistrita, Brasov, Sibiu y Sighisoara. Durante la Edad Media, la región estuvo gobernada por un príncipe que rendía cuentas a la Corona de Hungría. Fue semiindependiente durante el periodo en el que gran parte de Hungría estuvo bajo el control de los turcos-otomanos. En 1683, cuando Hungría fue liberada de los turcos, la región volvió a ser parte de Hungría, perteneciendo al Imperio austrohúngaro. Tras la derrota de dicho Imperio en la Primera Guerra Mundial, Transilvania fue finalmente anexionada a Rumanía.
Nuestra primera parada fue en la ciudad de Sinaia, situada a 116km del aeropuerto de Bucarest (una hora y media de conducción) y a tan solo 45 km de Brasov. Es una pequeña ciudad situada a los pies de los montes Bucegi, visitada sobre todo para hacer excursiones de senderismo o practicar esquí en los meses de invierno. Sinaia fue en su día el hogar del primer rey de Rumanía y por tanto aquí encontramos uno de los mayores atractivos de Rumania, el Castillo de Peles. El segundo castillo más visitado de Rumanía, solo detrás del de Bran, conocido como el castillo de Drácula.
DÍA 2: CASTILLO DE PELES – IGLESIAS FORTIFICADAS – BRASOV
El día de hoy comenzamos visitando el castillo de Peles situado junto a la ciudad de Sinaia, donde habíamos pasado la noche. Posteriormente nos fuimos hacia Brasov a solo 45 km del castillo. Antes de llegar a Brasov aprovechamos para visitar las iglesias fortificadas de Prejmer y Hãrman, situadas a tan solo 16 kilómetros al norte de la ciudad. Por la tarde recorrimos el espectacular casco histórico de Brasov, donde pasamos la noche.
CASTILLO DE PELES
Fue la residencia de verano del primer rey de Rumanía, Carlos I Hohenzollern, y su esposa, la reina Isabel de Wiedn. Las obras comenzaron en 1873 y se concluyó 40 años después. Fue uno de los primeros castillos de Europa que tuvo electricidad, calefacción central, ascensor, sistema de alcantarillado, y hasta aspirador central. Durante el periodo comunista se convirtió en un museo, pero en el 2007 el castillo volvió a manos de los herederos de la monarquía rumana. Actualmente sigue perteneciendo a los herederos de esta monarquía, aunque ha sido alquilado al Estado, quien lo mantiene abierto como museo nacional.

El castillo es espectacular por fuera, está situado en un paraje precioso que lo hace muy atractivo. El interior sorprende por su excesiva decoración, no queda ni un pequeño rincón sin cubrir por madera, mármol o tapices. He visto muchos castillos y palacios y este es, sin duda, el más recargado que recuerdo haber visitado. Personalmente me gustó mucho más por fuera que por dentro, pero igualmente merece la pena conocer su interior y poder juzgar por uno mismo. Existe la posibilidad de hacer un tour más corto de 40 minutos por la planta baja o un tour opcional que incluye tanto la planta baja como la primera planta por 45 RON. Recuerda que para hacer fotos en el interior del castillo se paga un suplemento de 35 RON. Para comprobar horarios de apertura, que no son nada regulares, es mejor entrar en su página web pinchando aquí.

Si no tienes demasiado tiempo, te recomiendo quedarte con el tour de la planta baja, ya que es donde conocerás las salas más espectaculares del castillo, como el Salón de Honor, la Sala de Armas, la Biblioteca, la Sala de Música, la Sala Árabe, utilizada por la reina para sus recepciones y fiestas, la Sala Turca, utilizada para charlar y fumar, y el Gran Comedor. En el interior podrás ver paredes completamente decoradas con madera de nogal, chimeneas de mármol, tapices de seda, bajorrelieves de alabastro, lámparas de cristal de Murano… El comedor es una de las estancias más impactantes del castillo. Es de estilo morisco, y en él encontramos una enorme mesa de madera con capacidad para 36 personas. En la planta alta se encuentran las estancias privadas de los reyes de Rumanía y algunas salas más.
A tan solo 200 metros, y dentro de los mismos jardines del castillo de Peles, tienes otro más pequeño, pero no por ello menos interesante. Se trata del castillo Pelisor, en estilo Art Noveau. Éste también fue mandado construir por el mismo rey, Carlos I, aunque quien se alojó en él fue su sobrino y futuro heredero, el príncipe Fernando (segundo rey de Rumania).

Desde aquí nos fuimos hacia la iglesia fortificada de Prejmer, donde aprovechamos para comer algo y visitar su ciudadela.
IGLESIAS FORTIFICADAS PREJMER Y HÃRMAN
Estas dos iglesias están situadas a pocos kilómetros al norte de Brasov y son las iglesias fortificadas de mayores dimensiones de toda Europa. Fueron construidas por los caballeros Teutónicos a principios del siglo XIII. Tienen una estructura muy curiosa. Estas iglesias, de planta de cruz griega y bóvedas góticas se encuentran rodeadas por unas murallas en forma circular. Desde fuera parecen plazas de toros. Los muros que rodean las iglesias tienen entre 4 y 5 metros de grosor y protegían la iglesia y a la población que se refugiaba en su interior de los asaltos de los diferentes invasores procedentes de oriente. Algo que me llamo mucho la atención son las celdas distribuidas en diferentes pisos y unidas por escaleras de madera que se encuentran incrustadas en las murallas. Estas habitaciones eran utilizadas como viviendas por los aldeanos en los momentos de peligro.

Primero visitamos la iglesia fortificada de Prejmer que es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Me sorprendió muchísimo la estructura y distribución de estas celdas, algo que no había visto nunca. En total hay 212 habitaciones donde se podían acomodar todas las familias de la aldea en caso de ataque. Se pueden visitar varias de estas celdas, reconvertidas en una especie de museo con objetos de la época. También se puede acceder a la crestería situada en la parte alta de la muralla. Es un recorrido muy interesante, bajando y subiendo escaleras de madera. Esta iglesia fortificada de Prejmer disponía, además, de un túnel subterráneo por el que estaban conectados con el exterior, de manera que podían aprovisionarse.

La iglesia fortificada de Hãrman no es Patrimonio de la Humanidad, pero merece ser visitada. Prejmer nos impresionó muchísimo por ser la primera que visitamos y sobre todo por las curiosas celdas instaladas en las murallas defensivas. Hãrman está rodeada por unas murallas más pequeñas, pero me resultó muy bonita. Estaba muy cuidada y el interior tenía flores decorativas que la hacía muy coqueta. Se puede subir al campanario, pero hay que tener mucho cuidado con las escaleras, estrechas y de caracol, y protegerse los oídos cuando doblan las campanas a la hora en punto y los cuartos. Bajo mi punto de vista merece la pena visitar las dos iglesias. Ambas son preciosas y están muy cerca una de la otra. La entrada en Prejmer son 15 Ron y en Harman 10 Ron (3 y 2€ respectivamente).

Después nos dirigimos hacia Brasov para conocer lo que se considera una de las ciudades más bonitas de Rumanía.
BRASOV
Esta ciudad es una de las más visitadas de Rumania, solo por detrás de la capital, aunque, sin duda, es mucho más atractiva que Bucarest. Si tienes poco tiempo en Rumania sería buena idea llegar a Brasov y tomarla como base para visitar todos los lugares de interés que hay en la región de Transilvania. La ciudad es preciosa y conviene pasar al menos una tarde y una noche para recorrerla sin prisa y disfrutar de sus bonitos cafés. Para poderte contar un poquito de la historia de esta ciudad y todo lo que en ella puedes hacer te recomiendo pinchar en BRASOV, entrada exclusiva para no perderte nada de ella.

Aquí pasamos la tarde paseando por el casco histórico, tomando ricas cervezas y admirando la ciudad desde lo alto del monte Tâmpa. Cenamos en un restaurante con comida tradicional y muy buena calidad/precio. El Restaurante Sergiana, situado en un sótano con un comedor rústico muy bonito. Es muy recomendable.
DÍA 3: BRASOV – RASNOV – CASTILLO DE BRAN – CURTEA DE ARGES.
Tras desayunar tranquilamente en la plaza principal de Brasov continuamos nuestro camino hacia Curtea Arges pero visitando algunas de las principales atracciones del país, como el famoso castillo de Bran. En total este día hicimos 155km hasta unas cabañas al norte de Curtea Arges, ya dentro de la carretera Transfăgărașan, aproximadamente unas tres horas y media de conducción. Allí pasamos la noche.
RASNOV
Rasnov es una pequeña ciudad que se encuentra en medio camino entre Brasov y Castillo Bran. Es sobre todo conocida por su fortaleza medieval que sin duda merece un alto en el camino. Construida por los caballeros teutónicos para protegerse de las invasiones tártaras y turcas en el siglo XIII, fue asediada en numerosas ocasiones por encontrarse entre Valaquia y el corazón de Transilvania. Situada en un promontorio a 150 metros de altura. Se puede subir en funicular desde la ciudad o a pie desde el aparcamiento, en solo 10 minutos. En el interior hay dos recintos amurallados con varias torres, un pequeño museo y numerosas casas de colores que en su día sirvieron para alojar a sus aldeanos y artesanos, aunque hoy son tiendas de souvenirs. Las vistas que ofrece de la ciudad y las montañas son maravillosas. Abre todos los días de 9 a 18h.

CASTILLO DE BRAN
Continuamos al castillo de Bran, a tan solo 13 km de Rasnov. Este castillo es mundialmente conocido como el castillo de Drácula, sin embargo, no hay nada que demuestre que Vlad Tepes (o “el conde Drácula”) haya pasado por aquí. Ni tan siquiera se puede decir que el escritor irlandés Bram Stoker se inspirase en este castillo para su novela. De hecho, en el interior del castillo encontraremos información sobre la realeza rumana y no sobre el conde Drácula. A pesar de esto, en los puestos de souvenirs que encontramos antes de entrar en el castillo podremos encontrar todo tipo de objetos referentes a Vlad el Empalador.
El castillo fue construido por la Orden Teutónica, al igual que la fortaleza de Rasnov, en el siglo XIII. Se construyó encima de un promontorio rocoso rodeado de un tupido bosque. Recordemos que Transilvania, región en la que nos encontramos, pertenecía por aquel entonces al Reino de Hungría. Los reyes húngaros invitaron a los cruzados alemanes a ocupar estas tierras y así protegerlas de los tártaros y otras tribus orientales. El castillo cambió de manos a lo largo de los siglos y entre los años 1920 y 1947 fue residencia real. Actualmente es propiedad de los herederos de la antigua monarquía rumana y ellos lo explotan como museo. En el interior hay varias exposiciones dedicadas a la reina María de Rumanía.

La visita al castillo te llevará aproximadamente una hora en un recorrido libre. Es un castillo medieval y su interior, aunque sencillo, me gustó mucho más que el de Peles. Dentro podremos conocer varias habitaciones reales, la librería, la cocina y las mazmorras. Pasaremos por varias pisos y terrazas por estrechas y laberínticas escaleras, incluso subiremos unas escaleras secretas. El recorrido es laberíntico, pero bien marcado y ofrece unas hermosas vistas de los montes que lo rodean y de las torres y patio central del palacio. La entrada cuesta 45 RON y abre de 9 a 18h de martes a domingos, y los lunes de 12 a 18. De octubre a marzo cierra a las 16:00. Para no hacer filas, se pueden comprar las entradas en la página oficial del Castillo Bran.

¿Es este el verdadero “Castillo de Drácula”? Para conocer más a fondo la historia de Drácula o de Vlad Tepes pincha aquí. Realmente este castillo, como comentaba más arriba, pasó de mano en mano. Durante muchos años estuvo bajo el dominio de la familia Bran, de ahí su nombre. Esta familia era enemiga del príncipe de Vlad Tepes, pero no se sabe a ciencia cierta si éste llegó a apoderarse del castillo o estuvo en él como prisionero. Para conocer el verdadero castillo de Vlad Tepes tendremos que visitar el de Poienari. Si te interesa conocerlo, lee más abajo en nuestro cuarto día de circuito, en él que hicimos la carretera Transfăgărașan y lo visitamos, hoy en ruinas.
CURTEA DE ARGES
Desde el Castillo de Bran continuamos hacia Curtea de Arges, situada en la región de Valaquia, para desde aquí comenzar el recorrido de una de las carreteras más bonitas de Europa: la Transfãgãrãrasan. Hasta Curtea de Arges fuimos recorriendo la carretera ES74 que va dejando el parque Nacional de Piatra Craiului a nuestra derecha y el parque Nacional de Bucegi a la izquierda. Es una carretera de curvas, pero en buen estado y tiene unas vistas maravillosas. Piatra Craiului es una cordillera de 25 km llena de pinos y lagos de origen glaciar, donde viven osos, ciervos, lobos, búhos reales y más de 17 especies de murciélagos. En la carretera hay varios miradores donde vale la pena parar. Además, encontraremos varios puestos donde las mujeres de la zona venden sus productos caseros: quesos, licores, frutas y embutidos.

Curtea de Arges fue durante el siglo XIV capital de Valaquia y aún conserva algunos monumentos de la época. Si pasas por aquí, te recomiendo no dejes de visitar la catedral de piedra blanca, considerado uno de los principales centros religiosos del país. Fue construida en el siglo XVI en mármol blanco y azulejos traídos desde Constantinopla. Es preciosa por fuera, pero también interesa visitarla por dentro, para ver los frescos que la decoran y las tumbas reales. La entrada cuesta 2 RON.

Desde Curtea de Arges continuamos 16 km hacia el norte para dormir en unas sencillas pero bonitas cabañas al comienzo de la carretera de Transfăgărașan. Las cabañas Călăreții lui Țepes están situadas en un lugar tranquilo en medio del bosque entre montañas. Lugar ideal para disfrutar de la naturaleza de Rumanía. Cada cabaña cuesta 16€ por noche. Al ser un camping, los baños son compartidos, pero es un lugar realmente precioso. El jardín está lleno de árboles frutales y rodeado por una alambrada electrificada. No hay bares cercanos, por lo que debes llevar tu propia comida para cenar y desayunar. Las instalaciones cuentan con una cocina con comedor comunitario, donde poder cocinar y enfriar tus bebidas. A 2 km hay un supermercado con todo lo necesario para pasar una noche inolvidable.

Fue aquí donde vivimos uno de los momentos más recordados de nuestro viaje. Mientras disfrutábamos de una cerveza junto a nuestras cabañas en este idílico paisaje, nuestros teléfonos empezaron a sonar al mismo tiempo. Todos recibimos el mismo mensaje: una alerta en rumano, donde solo entendíamos «Central Hidroeléctrica». Nuestra primera impresión fue que podría haber una fuga de la Central Hidroeléctrica, sin saber muy bien si esto es posible y lo que implica. Al traducir el mensaje con Google, descubrimos que estábamos en una zona frecuentada por osos, y que las cámaras de la central acababan de detectar uno en la zona. Fue super emocionante recibir el mensaje y saber que estábamos durmiendo en zona de osos. Nos fuimos a dormir con la esperanza de poder verlos de cerca. Si quieres saber si finalmente los vimos o no, continúa leyendo.

DÍA 4: CARRETERA TRANSFÃGÃRASAN – SIBIU
CARRETERA TRANSFÃGÃRASAN
El día de hoy lo dedicamos a recorrer la carretera de Transfãgãrãrasan, una de las más espectaculares de Europa y la que discurre a mayor altura en Rumania. Ésta cruza las montañas de Făgăraș y ofrece algunos de los paisajes más sorprendentes e inolvidables de Transilvania. Se trata de la carretera 7C, de 85 km y va desde Curtea de Arges hasta cerca de Sibiu. Al contrario de lo que había leído en la mayoría de las guías turísticas y foros de viajes, posee un buen pavimento y no resultó ser tan peligrosa como dicen. De hecho, es una carretera bellísima con cientos de curvas cerradas pero sin ningún peligro si se conduce con prudencia. Recorrerla sin hacer ninguna parada te llevaría unas dos horas, pero lo bonito es ir despacio y deteniéndote en los diferentes miradores y cascadas que se reparten por el camino. Además, hay dos paradas obligatorias:
- Castillo Poienari, uno de los pocos en Rumanía que realmente está relacionados con Vlad Tepes, conocido popularmente como el Conde Drácula. El castillo está hoy en día en ruinas, pero en la antigüedad era una imponente fortaleza que custodiaba estratégicamente el paso entre las regiones de Valaquia y Transilvania. Desde el mismo se tienen unas espectaculares vistas de los Cárpatos, cordillera en que discurre la carretera Transfăgărașan. Importante saber que para llegar al castillo es necesario subir 1480 escalones. Sí, has leído bien: 1480 asfixiantes escalones, pero se te olvidaran cuando alcances la cima, por su fantástico panorama y por encontrarte en una de las pocas, pero auténticas, propiedades del príncipe valaco Vlad Tepes. La entrada al castillo es de 10 Ron.

- Lago Bâlea, bonito lago de origen glaciar situado en la parte más alta de la carretera a 2034m sobre el nivel del mar. Aquí encontramos varios puestos de souvenirs y de comida tradicional, además de un mirador desde el que se obtiene la típica y espectacular foto de las curvas zigzagueantes de esta carretera. Justo antes de llegar al lago atravesamos un túnel de roca de casi 900m, punto de frontera entre la región de Valaquia y Transilvania.

La carretera fue mandada construir por Ceaucescu en los años 70 y se tardo tan sólo cuatros años y medio en terminarla. A pesar de que había otras carreteras al este y oeste de la Transfãgărașan, Ceaucescu creyó conveniente asegurar el paso por los Cárpatos entre la frontera de Valaquia y Transilvania. Para ello se dinamitaron 3.8 millones de m³ de piedra y murieron más de 38 operarios. A TENER EN CUENTA: La carretera cierra de octubre a mayo/junio por las nieves que caen en esta zona y está prohibido circular por ella de noche.
Además de los hermosos paisajes que se pueden disfrutar durante el trayecto, esta carretera puede ser la mejor oportunidad para observar osos en su entorno natural y a muy poca distancia. Nosotros tuvimos mucha suerte y pudimos ver a mamá osa con sus dos crías en la misma carretera, a 3 metros del coche. Todo un espectáculo. Aunque solo fue durante un escaso minuto, pues no había sitio para apartarnos y los coches de atrás comenzaron a pitar para que continuásemos. Se conoce que aquí están acostumbrados a ver osos con frecuencia, porque los coches que venían detrás de nosotros ni se detuvieron. Sabiendo que estamos en el país donde se encuentra el 60% de osos pardos de toda Europa, puede que no sorprendan tanto a la población local, pero para nosotros fue uno de los momentos más increíbles vividos en Rumanía. ¡Una experiencia única e inolvidable!
En esta foto se puede ver lo cerca que estábamos, al ver parte de la ventanilla del coche.
SIBIU
En la tarde, y después de haber hecho decenas de paradas a lo largo de la Transfăgărașan llegamos a la ciudad de Sibiu. Nos dio tiempo a recorrer las calles del casco histórico y cenar tranquilamente en el centro de la ciudad. Esta noche dormimos en Sibiu, la primera de las siete ciudades fortificadas construidas por los sajones en el XII.

Sibiu me encantó. Es una ciudad con mucho movimiento, restaurantes, bares, heladerías y terrazas. Destacan sus tejados de teja roja donde sobresalen pequeñas ventanas con forma de párpados. Estas ventanas son super curiosas y dan un aspecto muy distinguido a la ciudad. Sibiu, con 160.000 habitantes, es algo más pequeña que Brasov pero su casco histórico es más o menos del mismo tamaño. Es pequeño y fácil de recorrer a pie en un par de horas. Sus principales atractivos se encuentran distribuidos entre sus tres plazas principales:
- La Piata Mare (Plaza Grande) donde se encuentran alguno de los monumentos principales, como la catedral católica romana, el ayuntamiento y el palacio de Brukenthal, un bonito edificio barroco convertido en museo. De hecho, se trata del primer museo fundado en Rumanía (1817). En el mismo puedes visitar diferentes exposiciones, como una con importantes obras de arte de varios países europeos u otra con mobiliario, decoración y joyas del siglo XVII y XVIII. Piata Mare es una plaza con mucha animación. Es aquí, donde se celebran los principales eventos de la ciudad, ferias, conciertos y mercadillos diversos, como el de Navidad. El día que nosotros estuvimos estaban celebrando un festival de música y había quioscos y conciertos por las calles.

- Plaza Pequeña (Piată Mică). Llena de restaurantes y terrazas, es el lugar idóneo para sentarse a tomar una cerveza y descansar del día. En esta plaza encontraremos el Museo de la Farmacia, que ocupa lo que fue la primera farmacia de Rumania, del siglo XVI, y el puente de las Mentiras, un puente de hierro de 1859 que recibe este nombre por la leyenda que cuenta que era el lugar donde los jóvenes se juraban amor eterno .y virginidad… A través de este puente y un bonito pasadizo se llega a la plaza donde se encuentra la iglesia evangélica de Santa María.

- Piata Huet, presidida por la majestuosa iglesia evangélica de Santa María, con su hermoso tejado de azulejos pintados y una torre de 73m de altura que se ve desde cualquier punto de la ciudad. Las cuatro torrecillas que decoran la parte alta de la torre significaban en la antigüedad que la ciudad tenía derecho a condenar a muerte a los criminales.

- Entre la Plaza Grande y la Plaza pequeña encontrarás la Torre del Consejo (Turnul Sfatului). Te aconsejo subir para disfrutar de las maravillosas vistas de Sibiu. La entrada cuesta tan solo 2 Ron (50 céntimos de €).

- Para completar la visita de Sibiu merece la pena dar un pequeño paseo por el tramo que aún se mantiene en pie de las antiguas murallas. Estas murallas del siglo XVI tuvieron 39 torres y cada una estaba custodiada por un gremio diferente. Aún se conservan hoy en día las torres de los Alfareros y de los Carpinteros. También, se puede visitar la catedral ortodoxa Sfânta Treime con un hermoso interior.

DÍA 5: SIBIU – BODA GITANA – BIERTAN – SIGHISOARA.
Por la mañana fuimos a desayunar al centro. En la calle peatonal Str. Nicolae Bãlcescu hay varias panaderías y tienen un bollo riquísimo parecido a un croissant relleno de chocolate, pero realmente es como un pan relleno de nutela. No es lo ideal para la dieta, pero es algo irresistible. Dimos otro breve paseo por el centro y salimos dirección a Sighisoara con la intención de detenernos a conocer también la ciudad fortificada de Biertan. En total este día hicimos 134 kilómetros, unas dos horas de conducción.
BODA GITANA
Era domingo y de camino a Biertan pasamos por varios pueblecitos rurales de Transilvania. Pueblos muy bonitos, donde abundan la población gitana y los carromatos tirados por caballos como principal método de transporte. Pueblos que te transportan a otro tiempo y en el que se vive a otro ritmo. En Bãrghis vimos gente con trajes típicos y dedujimos que estaban celebrando algo. Decidimos estacionar el coche y bajarnos a ver qué celebraban. De repente nos encontramos en medio de una boda gitana. Nos invitaron a pasar y nos recibieron con una cerveza en la mano. La gente fue encantadora y muy hospitalaria. Nos hicieron participes de la boda, nos presentaron a los novios, muy jovencitos, unos chiquillos de 15 y 17 años, pero según nos comentaron es la edad a la que se suelen casar.
Los novios Cartel de cartón dando la «Bienvenida»
Incluso nos invitaron a que nos quedásemos a comer, pero después de un buen rato continuamos nuestro viaje hacia Biertan y Sighisoara. Permanecimos un rato con ellos, hablando, riendo y bailando como puedes ver en el video más abajo. Había una chica que había vivido en Calatayud y nos estuvo contando sobre sus trajes, su forma de vida y la celebración de las bodas en la cultura gitana. Compartimos con ellos unos agradables momentos, que nos proporcionaron uno de los mejores recuerdos del viaje.
BIERTAN
Biertan es un pueblo fortificado situado a media hora en coche de Sighisoara (30 km) y a una hora y poco de Sibiu (80km). Hay varios de estos pueblos fortificados en los alrededores de Sighisoara, como Biertan, Viscri, Mãlãncrav o Alma Vii. Éstos fueron construidos por los residentes sajones en la Edad Media cuando comenzaron las invasiones turcas en el siglo XVI. Se tratan de pequeñas poblaciones rodeadas de altas murallas defensivas e iglesias con campanarios que servían como atalayas o torres vigías. Estos pueblos fueron abandonados a partir de la II Guerra Mundial cuando los sajones fueron obligados a abandonar el país y se marcharon a Alemania.

SIGHISOARA
Es una ciudad muy pequeña, con tan solo 28.000 habitantes. Al igual que Brasov o Sibiu, fue fundada por los sajones en el siglo XIII. Su casco histórico es Patrimonio de la Humanidad, al igual que el de Brasov, aunque es bastante más pequeño y se recorre fácilmente en una o dos horas. Lo principal de Sighisoara es callejear por sus laberínticas calles situadas en el interior de la ciudadela que forma su casco histórico y subir a la torre del reloj, una de las 14 torres pertenecientes a las murallas que protegían la ciudad entre los siglos XIV y XVIII. Desde sus 64 metros de altura se tienen las mejores vistas de Sighisoara. Subida 15 RON por persona (3 €). Esta torre es actualmente la entrada o salida principal del casco antiguo de Sighisoara.

Justo al lado de ella se encuentra la que es conocida como la casa de Vlad Dracul o Vlad II y su esposa. Se dice que fue en esta casa donde nació Vlad Tepes, más conocido como Drácula y donde vivió sus primeros cuatros años de vida. Hoy en ella hay un restaurante, pero se puede entrar a curiosear e inluso, si estas interesado, puedes visitar la supuesta habitación de Drácula. Nosotros no lo hicimos, curioseamos el restaurante que es muy bonito, pero lo de la habitación nos pareció un poco “too much”.
En cambio, subimos los 176 peldaños de las Escaleras Escolares. Una escalera de madera cubierta que data del 1642 y que une la parte alta, donde estaban las antiguas escuelas con la parte baja. Estas escaleras permitían a los estudiantes resguardarse del frío y de la lluvia en época invernal. En la parte de arriba se encuentra la Iglesia de la Colina con el cementerio Sajón justo enfrente y la Antigua Escuela (Schola Reipublicae Seminarium) del 1619, donde se conserva un aula con material de estudio de esta época.

Es un lugar bonito para caminar y cenar en alguno de sus muchos restaurancitos. Además, es muy bonita de noche cuando está iluminada.
DÍA 6: SIGHISOARA – MINA DE SAL DE TURDA – MARAMURES.
Este día salimos tempranito pues teníamos ante nosotros lo que sería la ruta más larga de todo nuestro recorrido. Quisimos llegar a dormir cerca de Mara o Desesti, lo que significaba realizar unos 340km, es decir unas 5 y ¼ de conducción más las paradas que teníamos planeadas por el camino. En el día de hoy queríamos conocer la Mina de Sal de Turda y las primeras tres iglesias de madera de Maramures, declaradas Patrimonio de la Humanidad, que se encuentran por el camino. Nuestra primera parada fue en las Minas de sal de Turda, situadas a dos horas desde Sighisoara (148km).
MINAS DE SAL DE TURDA
Éste fue realmente todo un descubrimiento. Cuando leímos sobre estas minas, no sabíamos muy bien que esperar de ellas. Se describe como una “mina de sal convertida en un parque de atracciones” y esto nos dio la sensación de que podría ser algo chabacano o vulgar. No estábamos 100% convencidos en visitarla, pero finalmente nos pudo más la curiosidad y decidimos darle una oportunidad. Después de conocerla, considero que es algo que no hay que perderse, es algo único y muy curioso. En la entrada a las minas cogimos un guía en inglés para que nos pudiera explicar un poco la historia y aquello que íbamos a ver y esto fue la razón por la que salimos encantados de la mina de sal convertida en un parque de atracciones. Es fundamental que te la expliquen para poder entender lo que estas viendo.
Son un conjunto de salas o galerías que empezaron a explotarse en el siglo XII y no cesó hasta 1932. Durante todo este periodo se convirtieron en las minas más importantes y grandes de Europa, alcanzando un tamaño de 45 km² y una profundidad de 120 metros bajo tierra. Tras años de abandono, las minas volvieron a abrir al público en el 2010 como centro “wellness” con piscina y spa, como museo y parque temático, en el interior hay una noria, un mini-golf, una pista de baloncesto, un lago subterráneo que puede ser recorrido en barco e, incluso, un pequeño anfiteatro, todo ello situado a 120 metros de profundidad. No te lo puedes imaginar, hasta que no estas dentro y lo ves con tus propios ojos.

IMPORTANTE: Recuerda llevar una chaqueta o algo de abrigo (en el interior estarás a unos 12ºC) y zapatos cerrados. El suelo es algo resbaladizo. La entrada cuesta 50 RON (10 €). Te recomiendo contratar un guía para que te explique bien las diferentes salas de la mina. El precio del guía es de 100 RON (20€) y si llamas con tiempo podrás conseguir guía en español. Para más información entra en su página web: Minas de sal de Turda.
MARAMURES
Desde aquí continuamos a una de las regiones más pobres y remotas, pero más auténticas del país: Maramures. Está situada al norte de Rumanía, haciendo frontera con Ucrania. Esta hermosa región me fascinó, por lo que he decidido hacerle una entrada aparte. Te recomiendo echar un vistazo a Maramures y sus iglesias de madera, donde podrás encontrar más información y el recorrido a realizar para no perderte ninguna de sus principales iglesias. Maramures se conoce por sus impresionantes iglesias y puertas de madera. Para conocer la región lo mejor es recorrerla en coche e ir parando cada poco tiempo para observar detenidamente estas majestuosas obras maestras. Aunque si pretendes fotografiar todas estas puertas o iglesias de madera tendrás que ir parando cada 100 metros. Para ver las mejores obras de arte en puertas deberías visitar Desesti, Bãrsana, Budesti y Bred.
Este día, l venir desde Transilvania, aprovechamos a conocer tres de las ocho iglesias de madera declaradas Patrimonio de la Humanidad que se encuentran en Maramures. La primera que conocimos fue la iglesia de Rogoz (Biserica de Iemn Sf. Arhangheli), la primera que encontramos según llegamos de Transilvania.

A unos 45 minutos al norte de ésta encontramos dos nuevas iglesias de esta lista: La iglesia de Plopis (Biserica de Iemn Sf. Arhangheli din Plopis) y la de Surdesti (Biserica de Iemn Sf. Arhangheli Mikhail si Cavril), ambas muy parecidas, pero sin duda la de Surdesti es espectacular con su campanario aguja de 54 metros de altura que la convierte en una de las iglesias de madera más altas del mundo. Si no tienes demasiado tiempo para recorrer todas, no dejes de visitar la de Surdesti, fue una de las que más me gustó por su espectacular estructura y su alto campanario. ¡Preciosa!

Otra cosa que no puedes dejar de hacer en Maramures es comer y alojarte en una de los hermosas posadas–piscifactorías que hay por toda la región. Veras muchas piscifactorías, sobre todo entre Maras y Desesti, donde sirven una rica trucha fresquísima de sus propios lagos o estanques. Es una experiencia chulísima. Nosotros no llevábamos nada reservado y fuimos parando en varias para preguntar precios. Una muy bonita es Cascada Happy Fish tiene hasta una cascada, pero nos pareció algo cara para los precios del país. A pocos metros encontramos Pensiunea «La Pintea Haiducu», familiar, tradicional y preciosa. Regentada por Vasile, quien la ha construido con sus propias manos con lo que ahorraba trabajando durante 22 años en España. Tiene sus propios estanques y se puede cenar trucha fresquísima y riquísima. Habitaciones dobles por 30€ y cena para cuatro, con postre y varias cervezas por cabeza, por menos de 65€.
DÍA 7: DESESTI – SÃPÃNTA – IEUD
Hoy continuamos por la región de Maramures, conociendo las iglesias de Madera que aún nos faltaban y el cementerio de Sãpãnta. En total el día de hoy hicimos unos 140 kilómetros (un poco menos de 3 horas de conducción). Dormimos en la aldea de Ieud, donde se encuentra la última iglesia que queríamos visitar, un pueblo muy tranquilo con pensiones tradicionales.
IGLESIAS DE MADERA
Ya en el día de ayer conocimos las primeras tres iglesias de madera de la región de Maramures y hoy fuimos a conocer las cinco restantes que están dentro de la lista de Patrimonio de la Humanidad. Para conocer con mayor detalle cada una de ellas pincha aquí, donde, además, encontrarás más información de la región y el recorrido detallado por sus iglesias. La primera que visitamos hoy fue la de Desesti, a tan solo 3 minutos desde donde estábamos durmiendo. Cuando llegamos nos pareció espectacular por el entorno donde se encuentra, pero, además, se estaba celebrando misa en su interior y ésto la hizo aún más especial e interesante. Fue una autentica suerte poder vivir este momento. Los feligreses nos invitaron a entrar y observar de cerca la celebración. Aquí os dejo un video del momento.
Posteriormente, visitamos la tradicional aldea de Bred con sus muchas puertas de madera y la hermosa iglesia de Budesti situada a 20 minutos (15 kilómetros) de Desesti. Desde aquí nos fuimos a conocer la iglesia de madera de Bârsana (Biserica de Iemn Intrarea Maicii Domnului di Bârsana). En estas tres últimas aldeas vimos muchos señores que llevaban el gorrito tradicional de la región de Maramures, que se llaman clop.
Budesti Bãrsana
CEMENTERIO SÃPÃNTA
Continuamos hacia el norte, llegando a Sãpãnta para visitar las coloridas tumbas del cementerio alegre. Este cementerio se encuentra a una hora de Budesti. Por lo que aprovechamos para comer allí y después visitarlo. Cada cruz de madera ha sido alegremente tallada con dibujos originales y naiff que describen aquello que más le gustaba hacer al difunto enterrado. Podemos ver pastores ordeñando, agricultores en sus tractores o cultivando, mujeres cocinando o frente a sus telares, productores de licor palinka, amigos tomando cervezas, taxistas o, incluso, una mujer sentada frente a la Torre Eiffel.

Desde aquí retrocedimos de nuevo por la carretera 19 e hicimos una parada en Sighetu Marmatiei para conocer la cárcel de Sighet, convertido actualmente en el Museo en Recuerdo a las Victimas del Comunismo y de la Resistencia. Esta prisión fue utilizada por el régimen comunista para encarcelar, torturar y asesinar a miles de rumanos sospechosos de oponerse al gobierno. Lamentablemente todas las explicaciones del museo están en rumano, por lo que no es algo demasiado interesante para los turistas extranjeros.
Por la tarde, y de camino a Ieud, visitamos la iglesia de madera de Poienile Izei y la de Ieud para terminar nuestra ruta por las iglesias de madera. Esta noche la pasamos en una bonita y tradicional pensión de madera de Ieud: Pensiunea Casa traditiilor.
Poienile Izei Ieud
DÍA 8: IEUD – BUCOVINA (MONASTERIOS PINTADOS) – VORONET.
Salimos por la mañana temprano para continuar hacia el este y conocer otras de las regiones más tradicionales de Rumania: Moldavia y Bucovina con sus monasterios pintados. En total hicimos 253 km (casi cinco horas de conducción), visitando los monasterios pintados más importantes de la región de Bucovina.
BUCOVINA
Bucovina se encuentra dentro de lo que es la región histórica de Moldavia de Rumanía, región ubicada entre los Cárpatos y la República de Moldavia. Es conocida por sus monasterios pintados originales siglo XV y XVI, siete de ellos incluidos en la lista de Patrimonio de la Humanidad desde 1993. Estos monasterios destacan sobre todo por sus coloridos frescos exteriores y por haber sobrevivido a las invasiones del Imperio otomano. Frescos que servían para trasmitir la fé a los habitantes cercanos que en su mayoría eran analfabetos. Aunque cada uno de estos monasterios es diferente al otro, todos comparten algunas características similares:
- Todos son ortodoxos y sus iglesias se sitúan en el centro de un monasterio protegido por murallas, y están habitados por monjas.
- Tienen frescos pintados tanto en el exterior como en el interior. Dentro, frente al altar suele encontrarse la imagen del patrón o constructor de la iglesia ofreciendo la misma a Dios.
- Se paga una entrada de 10 RON por la visita en cada uno.

Nosotros hicimos una ruta casi circular para conocer los 4 monasterios con las pinturas mejor conservadas. Llegando desde la región de Maramures, nos dirigimos primero a Vama (3 horas de conducción desde Ieud) donde visitamos el museo de los Huevos Pintados. Museo privado que exhibe una gran colección de huevos pintados por la artista Lucia Condrea. Interesante, pero después de conocerlo personalmente me lo saltaría del programa. Desde aquí fuimos a visitar el Monasterio Moldovita, situado a tan solo 20 minutos de Vama. Para mi, es uno de los más bonitos y mejor conservados. Sus pinturas exteriores representan el asedio de Constantinopla. Presta atención cómo se diferencia bien a los atacantes por sus vestimentas con trajes turcos.

Nuestro segundo monasterio fue el de Sucevita (30 km, unos 40 minutos en coche desde Moldovita), el más grande y el último pintado que se construyó en Bucovina. Destaca la Escalera de las Virtudes o Escalera del Paraíso, que recuerda a los monjes el deber de su comportamiento ejemplar si no quieren acabar como los clérigos que caen de ella debido a pecados como la avaricia o la vanidad.

Posteriormente, continuamos hacia el sur para visitar el Monasterio de Humor, situado a 38 km (50 minutos en coche) de Sucevita. Es mucho más pequeño que los anteriores y no tiene campanario, pero igualmente muy bonito. Predominan los colores rojos y marrones, y frescos con imágenes de la Anunciación y La Vida de San Nicolás.

Por último, nos dirigimos al Monasterio Voronet, a solo 15 minutos en coche del anterior. Éste también me gusto mucho. Fue mandado construir por Esteban el Grande, gran héroe de Rumanía, príncipe que destacó por su lucha contra los otomanos a finales del siglo XV. Este monasterio da nombre al color «Azul Voronet», creado con lapislázuli y que predomina en sus pinturas. El fresco del Juicio Final en el muro oeste es impresionante.

En definitiva, me gustaron mucho estos cuatro monasterios, aunque muy similares, son los cuatro muy bonitos, destacando el de Moldovita y el de Voronet. Si tienes tiempo suficiente merece la pena conocer los cuatros, además el paisaje que los rodea es un espectáculo, montañoso y boscoso. Este día dormimos en un hotelito típico de Voronet y celebramos mi cumpleaños. Un lugar precioso para cumplir años, además con tan buena compañía.
DÍA 9: BUCOVINA – GARGANTAS DE BICAZ – BAILE TUSNAD.
Comenzamos nuestro camino de regreso a Transilvania, y las vacaciones se van terminando. Todavía nos quedan 3 días, por lo que nos lo queremos tomar relajadamente y hoy aprovechamos para recorrer otra de las maravillosas carreteras panorámicas de Rumanía. En total hoy tenemos 284 km, aproximadamente unas cinco horas de conducción.
Atravesamos la carretera 12 C que es la que serpentea las espectaculares gargantas de Bicaz. Una carretera que va durante 20 km a lo largo de escarpados acantilados de piedra caliza de 300m de altura. En el camino paramos en el Lago Rosu (lago Rojo) que ofrece un precioso paisaje. Comimos en este lago, donde hay varios restaurantes y se come muy bien.

Continuamos para llegar hasta la ciudad Baile Tusnad, conocida por sus agua salobres y térmicas y la mayoría de sus hoteles tienen piscinas termales y sauna. Además, se encuentra situado a los pies de los montes Harghita, donde también habitan osos. Las casas de este pueblo y nuestra propia pensión estaban rodeadas de alambrada electrificada para disuadir a los osos que pudieran acercarse. Fue emocionante volver a dormir en un lugar donde podrían aparecer osos, pero esta vez no tuvimos tanta suerte como en la carretera Transfãgãrãsan.
DÍA 10: BAILE TUSNAD – BRASOV – BUCAREST
Apenados por no haber visto ningún oso volvimos por la carretera y decidimos volver a parar en Brasov que nos pillaba de paso. Dimos de nuevo un pequeño paseo por la que es conocida como la niña bonita de Rumanía y continuamos nuestro camino hacia Bucarest. Antes de llegar a la capital devolvimos el coche en el aeropuerto, pues en la capital no es necesario andar con él. Este día en total hicimos 244 km (unas cuatro horas en coche). En la noche fuimos al centro de la capital a pasear por las calles del casco histórico, que nos sorprendieron por toda la animación y la cantidad de bares y restaurantes que hay. Cenamos en un restaurante muy típico, recomendable por su calidad, su económico precio y por ser muy acogedor: Restaurant Hanu’ lui Manuc.

DÍA 11: BUCAREST
Nuestro último día en Rumanía lo dedicamos a su capital. Por lo que habíamos leído no es una ciudad que te lleve demasiado tiempo para conocer y, la verdad, después de haber estado allí y haberla pateado de arriba abajo, creo que realmente en un día se ve todo lo principal de Bucarest. Es una ciudad que tiene muchas posibilidades, pero aún la falta mucha inversión para restaurar los hermosos edificios que poseey, sobre todo, se echa en falta mucha limpieza para ser más atractiva para el turista.
¿Qué es lo que no debes perderte de Bucarest?
- Su parlamento. Se trata del segundo edificio público más grande del mundo, solo por detrás del Pentágono. Tiene más de 3000 salas y fue sede del partido comunista. Para conocerlo por dentro has de hacer una reserva por teléfono (0733558102). Es muy fácil, simplemente llamas, das tu nombre y te dicen a la hora en la que puedes visitar el parlamento. La visita dura unos 45 minutos y es guiada en inglés. Su interior deja un poquito que desear o quizás que, al haber visitado el parlamento de Budapest, que es el segundo más grande de Europa, por detrás del de Rumania, me esperaba algo más. Pero siendo el gran símbolo o reclamo de la ciudad, no deberías perdértelo. Es el proyecto más conocido del antiguo dictador Nicolae Ceaucescu.

- La Catedral y el Palacio Patrialcal. Situado a las espaldas del parlamento. Es el templo ortodoxo más importante de Rumanía y la residencia de la máxima autoridad eclesiástica del país.
- Acercarse a la Piata Unirii tanto de día como de noche para obtener unas de las mejores vistas del Parlamento con las fuentes de Bucarest delante. Esta plaza se encuentra en el Boulevard del mismo nombre que tiene 3.5 km de longitud y fue construida por los comunistas para competir con los Campos Elíseos. Lamentablemente sus edificios están en muy mal estado y los arboles desaliñados cubren lo poco que se podría ver. Falta inversión para que esta avenida pudiere competir con los Campos Elíseos, pero posibilidades no le faltan.

- Caminar por las calles peatonales del centro, llenas de terrazas y bares, y con mucho ambiente en la noche. No dejar de entrar en el pequeño pero bello Monasterio de Stavropoleos o de conocer la pequeña iglesia ortodoxa de Sfantul Anton.
- Caminar la calle Victoriei hasta la plaza de la Revolución, donde se encuentran el Ateneo Romano, el Museo Nacional de Arte, situado en la antigua residencia real, y el monumento del Renacimiento. En esta avenida también encontraremos el jardín Cismigiu, pequeño pero encantador lugar donde poder descansar a la sombra.

- Acercarte a conocer la plaza de la Universidad. Donde encontraremos una mezcla de edificios majestuosos y antiguos bloques comunistas
- Disfruta de alguno de la gastronomía rumana y su folclore en uno de sus restaurantes tradiciones situados en el centro. Hay dos restaurantes con rica y económica comida tradicional en el mismo centro de la ciudad, donde además podrás disfrutar de los bailes y de la música folclórica rumana: Restaurant Hanu’ lui Manuc y Caru’ cu bere. Este último me encanto, pero es imprescindible reservar con tiempo para tener mesa la primera planta del interior.
Sarmale Papanasi
DÍA 12: VUELO A CASA Y FIN DEL VIAJE
Como recomendación conviene alojarte en el centro de Bucarest, cerca de sus calles peatonales pues todo lo demás se puede alcanzar a pie desde aquí.
Como llegar al aeropuerto de Bucarest
- En el bus 783 que sale cada 15 minutos de la Piata Unirii o de la Piata Victoriei. Ticket de 10 Ron, hay que comprarlo antes de subir al autobús.
- En Uber entre 60 a 100RON (no más de 20€). El Uber funciona muy bien en Bucarest y es muy económico. Al final sale muy bien de precio y te deja en la puerta de tu alojamiento. Dependiendo de la hora del día se puede tardar entre 20 a 40 minutos en llegar al aeropuerto desde el centro.
Hasta aquí el viaje de 12 días por Rumanía. Espero os sirva de inspiración y sobre todo que os animéis ha realizar este viaje, pues un país precioso y que no te esperas. Sus paisajes, sus gentes y sus tradiciones te sorprenderán. Y si ya has estado allí déjame tu comentario y dime que fue lo que más te sorprendió o aquello que más te llamó la atención.
Excelente trabajo!!!!
Cuenta exactamente como es el país, describe perfectamente su cultura, su gente, la historia….
Muy aconsejable para aquellos que quieran saber de Rumanía.
Así es Miguel Ángel, Rumania es un país sorprendente aún por descubrir. Muchas gracias por tu comentario.
¡Qué maravilla, Vane!
Yo tengo ganas de ir, además estoy invitado por mis inquilinos, que son rumanos, y siempre es tentador. Saludos, guapa.
Pues no desperdicies la oportunidad, Rumania es realmente un país sorprendente y su gente es maravillosa.
Descripción muy detallada y de gran ayuda si queremos conocer Rumanía. Mucha información interesante y útil
Muchas gracias Paloma.
como me gusta !!! me ha encantado el articulo . Super super interesante !!! QUIERO VISITARLA !!!
Sin duda Maxi, tienes que visitar Rumanía, es de verdad sorprendente, por sus hermosos paisajes y por como se mantienen aún todas las tradiciones y su cultura. Viajar a Rumanía es como viajar en el tiempo. Además su gente es maravillosa, super hospitalarios. Como comento es el gran desconocido de los destinos europeos.
Superdetallado. Me encanta como explicas los detalles , la cultura de los países. La verdad Rumanía sorprende.
Genial como siempre Vanessa
¡Fantástico articulo, Vanessa! Imperdible para cualquier viajero que quiera conocer Rumanía.
Muchas gracias Vidal, se agradece el comentario. Da ánimo para seguir escribiendo.
Pude Viajar a través de la lectura de tu Artículo Vanesa. Muy buenas descripciones y mí parte favorita ver Osos en su entorno Natural!
Muchas gracias por tu comentario Isabel,
La verdad que fue de lo que más nos impresiono, fue algo que nos esperábamos y realmente sorprendente. Rumania es realmente fascinante.