Brasov es una ciudad que cautiva al momento por sus hermosas calles medievales, su enorme letrero al estilo Hollywood y sus atractivos cafés. En este artículo podréis leer todo lo que hacer en Brasov y sus alrededores, además de conocer un poquito de su historia. Es una ciudad que no puede faltar en ningún itinerario a realizar por Rumanía. Además, en el caso de tener pocos días de vacaciones es conveniente tomar Brasov como base y realizar desde aquí diferentes excursiones para recorrer y conocer los principales tesoros de la región de Transilvania, la región más representativa y una de los más bonitas del país.
ÍNDICE
SU HISTORIA
La ciudad, al igual que las fortalezas que se encuentran en sus alrededores (ciudadela Rasnov y castillo de Bran) se fundaron en un primer momento por la Orden de los caballeros Teutónicos en el siglo XII. Más tarde estas fortalezas y ciudades serían habitadas por los mercaderes sajones para ayudar a defender las fronteras orientales de Hungría. Estos fundarían siete localidades: Brasov, Cluj-Napoca, Sibiu y Sighisoara son algunas de ellas. Como sabemos Transilvania era parte del reino húngaro y el rey de Hungría, Estaban I, invito a los cruzados alemanes para que defendieran las fronteras orientales de su reino y poblaran unas tierras medio vacías.
Donde hoy se encuentra Brasov, existió un antiguo poblado dacio llamado Corona, pero con los sajones la ciudad creció y llegó a ser una importante colonia mercantil llamada Kronstadt (Brassó, en húngaro). Los sajones fortificaron la ciudad y levantaron numerosas iglesias y casas señoriales, que aún perduran. Aunque los rumanos vivían fuera de las murallas y eran vasallos de los sajones, Brasov es considerada como la cuna de la literatura y cultura rumanas. Tras la I Guerra Mundial, la región de Transilvania pasó al Reino de Rumanía y hasta la II Guerra Mundial, más del 50% de la población seguía siendo de etnia sajona, pero tras la guerra, gran parte de ella se vio obligada a emigrar a Alemania para evitar las persecuciones de los soviéticos, que les acusaban de haber apoyado a los nazis. Aún hoy, en Brasov, Sibiu y Sighisoara, reside bastante población de habla alemana.
¿QUÉ VER EN BRASOV?
Su casco histórico es pequeño y se puede recorrer en un par de horas, pero merece la pena dormir al menos una noche en esta ciudad para recorrerla tranquilamente y sentarse en alguno de sus cafés a ver pasar el tiempo. Algunos de los lugares por los que no deberías dejar de pasar en tu visita o callejear por la ciudad de Brasov son los siguientes:
- Plaza Sfatului es el centro neurálgico de la ciudad rodeada de hermosos edificios barrocos de colores pasteles. En el centro de la plaza encontraremos el ayuntamiento con su hermosa torre del reloj, donde hoy en día está situado el Museo de Historia de la Ciudad. Detrás del ayuntamiento se encuentra la bonita iglesia ortodoxa de San Nicolás. Desde la plaza se puede ver la Iglesia Negra, el Monte de Tampa y la calle peatonal Republicii que comienza aquí.

- Iglesia Negra es la iglesia gótica más grande del país y debe su nombre a su color adquirido en el gran incendio que sufrió la ciudad en 1689. Es un templo luterano y fue construida entre 1385 y 1477. Solo se puede visitar pagando la entrada de 12 RON por persona. Su interior no es demasiado llamativo, según mi opinión, tan solo podría destacar su órgano barroco de 4.000 tubos.

- Calle Republicii. Es la calle peatonal llena de edificios preciosos barrocos y de cafés. Junto con la plaza principal son los lugares ideales para sentarse en una de sus terrazas y degustar la cerveza típica de la ciudad: Zãganu (representada con un águila). Una cerveza riquísima, que solo vimos en esta ciudad. No dejes de probarla, está muy buena. Tampoco dejes de probar el dulce por excelencia del país: el kurto, un rollo hueco de una masa dulce riquísima cubierto con azúcar y almendra o canela de origen húngaro.
- Calle Sforii, se trata de una de las calles más estrecha de Europa, con tan solo 1,15 metro de ancho. La leyenda cuenta que fue en esta calle donde Vlad Tepes le robó un beso a su futura esposa, pero en realidad ésta servía como atajo para los bomberos en el siglo XVII.
- Recorrer las murallas que un día protegían la ciudad. Consistía en 3 km de murallas con más de 12m de altura y con varias torres defensivas que fueron construidas entre 1400 y 1650. Se levantaron 7 bastiones en los puntos más vulnerables de la ciudad, cada uno de ellos era defendido por un gremio diferente. El trozo mejor conservado de la muralla está a los pies del monte Tampa, sin embargo, debes acercarte a la torre Negra (Turnul Negru), situada a 200 metros de la iglesia Negra, cerca de la calle peatonal Str Dupa Ziduri, que ofrece unas magníficas vistas de la plaza principal, los tejados rojos de Brasov y de la iglesia Negra. También hay buenas vistas desde la Torre Blanca (Turnul Alb) sobre todo al atardecer. La calle junto a un arroyo que une ambas torres es muy bonita de recorrer.
- Mirador de Tampa en la parte sur de la ciudad, donde se encuentran la parte de la muralla mejor conservada. Antes de tomar el telesilla para subir a este mirador conviene dar un paseo para observar los diferentes bastiones de esta zona, entre ellos: el bastión Țesătorilor el más antiguo de la ciudad y donde se encuentra el museo de los Tejedores, parte de del Museo de Historia de la Ciudad. El telesilla te llevara a 960 metros sobre el nivel del mar, para alcanzar la cima del monte Tampa que rodea gran parte de Brasov. Desde lo alto tendrás unas espectaculares vistas de la ciudad y sus alrededores. El teleférico funciona de 9:30 a 17 y tiene un precio de RON ida y vuelta.

- Si aún tienes de ganas de una perspectiva más de esta hermosa ciudad, puedes subir hasta la ciudadela situado en una pequeña colina al norte de la ciudad.

¿CÓMO LLEGAR A BRASOV?
Gracias a su ubicación, sitiada a tan solo 150 km de la capital y a escasos kilómetros de los castillos de ensueño y otras hermosas ciudades es una excelente base para pasar unos 3 o 4 días y recorrer todos sus alrededores. Al estar tan cerca de Bucarest se puede llegar tanto en coche, como en transporte público, sin necesidad de conducir. Las carreteras de Rumanía no están en mal estado, pero ten en cuenta que la conducción en este país es bastante agresiva y, a veces, incluso algo peligrosa. Si pretendes recorrer gran parte de país lo mejor es alquilar coche y moverte por tu cuenta. Sin embargo, si sólo tienes unos días (menos de una semana) y quieres conocer lo principal te conviene trasladarte a Brasov en transporte público y desde aquí realizar excursiones organizadas .

- En coche se tarda unas tres horas desde Bucarest. Viajar en coche de alquiler nos permitirá visitar otros atractivos cercanos a Brasov. La carretera que une Bucarest con Brasov está en muy buen estado, pero tiene mucho tráfico. IMPORTANTE: Tener en cuenta que los rumanos van a velocidad mayor de lo permitido y adelante en cualquier sitio, la línea continua no significa nada para ellos. Se debe andar con 1.000 ojos a la hora de conducir.
- Brasov está unida a la capital por tren y tal vez está sea la mejor opción si no se quiere conducir en Rumanía. Hay varias opciones al día y tardan unas cuatro horas. Puedes consultar precios y reservar tu plaza en la web oficial de Trenes de Rumanía.
- Hay excursiones casi a diario que salen de Bucarest para conocer el Castillo de Peles, el castillo de Bran y la ciudad de Brasov en un solo día. Echa un vistazo aquí.
¿QUÉ CONOCER DESDE BRASOV?
Como ya hemos dicho desde el principio, Brasov es una ciudad muy bien situada y la mejor base para hacer excursiones y conocer los mayores atractivos de la región de Transilvania. Por supuesto que Rumanía es mucho más que Transilvania. Tiene otras regiones menos conocidas, pero también con grandes atractivos sobre todo paisajísticos, pero también monumentales. Si tienes suficiente tiempo para conocer este maravilloso país te recomiendo echar un vistazo a mi entrada: RUMANÍA EN 11 DÍAS.
Por el contrario, si no dispones de tantos días te aconsejaría alojarte en Brasov y desde aquí descubrir los castillos, iglesias fortificadas y otros pueblos de cuento que se encuentran a tiro de piedra de la ciudad.
Excursión al castillo de Bran y a la fortaleza de Rasnov.
Se trata de la excursión más emblemática, no solo de la región sino de todo el país. Hay varias agencias que organizan la visita de Rasnov y el Castillo de Bran saliendo de Brasov. Bran está a tan solo 43 km de Brasov (menos de una hora en coche) y Rasnov se encuentra en medio camino entre estos dos grandes atractivos
Tanto el Castillo de Bran como la fortaleza de Rasnov fueron construidas en el siglo XIII por los caballeros teutónicos, cuando Transilvania pertenecía al Reino Húngaro. Los reyes húngaros invitaron a los cruzados alemanes a ocupar estas tierras y así protegerlas de los tártaros y otras tribus orientales. El castillo es el principal tesoro de la región de Transilvania e, incluso, de todo el país. Se trata de la atracción turística más visitada de Rumanía y algo imprescindible para todos aquellos que os encontréis por la zona. Su fama se la debe al archiconocido conde Drácula, pues es conocido como el Castillo de Drácula. A pesar de que no exista ninguna evidencia de que Vlad Tepes haya pasado por aquí.

El castillo pasó de mano en mano a lo largo de los siglos y durante muchos años estuvo bajo el control de la familia Bran, de ahí su nombre. La familia Bran era una de las principales enemigas del Vlad Tepes y se especula que el propio príncipe pudo haber sido prisionero en el interior del castillo. Como digo es una especulación, pero está sería toda la relación que el castillo podría tener con el famoso Conde Drácula. Ni siguiera se puede decir que el escritor irlandés Bram Stoker se inspirara en él para su novela. Sin embargo, en los puestecitos de souvenirs ante la entrada, encontraremos todo tipo de merchandasing con la figura e imagen del Conde Drácula. Incluso el reclamo para ponerse la vacuna del Covid. jejeje

El castillo se convirtió en residencia de la familia real de Rumanía entre los años 1920 y 1947 y actualmente sigue siendo propiedad de los herederos de la monarquía rumana. Ellos lo explotan como museo y en su interior podremos encontrar sobre todo información de la realeza rumana. La visita es un recorrido libre, pero bien marcado, de aproximadamente una hora. Pasaremos por varios pisos y salas, unidas por estrechas y laberínticas escaleras. La fortaleza consta de varias terrazas que ofrecen maravillosas vistas a las montañas que lo bordean y al interior del patio medieval. Abre de martes a domingo en horarios de 9 a 18, y los lunes en un horario más reducido de 12 a 18. En los meses de invierno (octubre a marzo) cierra a las 16:00. La entrada cuesta 45RON, para no hacer filas puedes comprar las entradas con antelación por su página web pinchando aquí.

Rasnov es conocida por su ciudadela situada a 150 metros de altura. Se encuentra a tiro de piedra de Brasov, a tan solo 13 kilómetros. Tiene dos recintos amurallados donde se pueden ver torres defensivas, un pequeño museo de la época y numerosas casas de colores pásteles que sirvieron de vivienda para los aldeanos y de talleres para los artesanos, hoy convertidas en tiendas de souvenires. La ciudadela fue asediada en varias ocasiones, pero solo fue conquistada en 1612. Se puede llegar a ella en el funicular que sale de la ciudad o a pie desde el aparcamiento gratuito, en solo diez minutos. Abre todos los días de 9 a 18h.

Castillo de Peles
Está situado a solo 45 km de Brasov, junto a la ciudad de Sinaia y a los pies de los impresionantes Montes Bucegi. Se puede llegar en una hora en coche o realizando un tour organizado desde Brasov. Hay varias excursiones que combinan en un solo día la visita de la fortaleza de Rasnov, el Castillo de Bran y este.
Este palacio fue residencia de verano del primer rey de Rumanía, Carlos I Hohenzollern, y su esposa, la reina Isabel de Wiedn. Las obras comenzaron en 1873 y se concluyó 40 años después. Fue uno de los primeros castillos de Europa que tuvo electricidad, calefacción central, ascensor, sistema de alcantarillado, y hasta aspirador central. Durante el periodo comunista se convirtió en un museo, pero en el 2007 el castillo volvió a manos de los herederos de la monarquía rumana. Actualmente sigue perteneciendo a los herederos de esta monarquía, aunque ha sido alquilado al Estado, quien lo mantiene abierto como museo nacional.

Lo que más sorprende de este castillo es su edificio, una mezcla de arquitectura alemana y rumana, y el hermoso lugar donde se encuentra, todo rodeado de tupidos bosques. Se puede visitar por dentro en un tour corto de 40 minutos o en uno más largo que incluye, además de la planta baja, las habitaciones reales de la planta superior. Se visitan varias salas, todas ellas excesivamente decoradas, cubiertas por completo de madera, mármol o tapices. Esa ostentosa y recargada decoración puede llegar, incluso, a agobiar.

El tour corto, de unos 40 minutos, recorre la planta baja del castillo y pasa por las habitaciones más espectaculares, como el fabuloso Salón de Honor recubierto de nogal, la Sala de Armas, la Biblioteca, la Sala de Música, la Sala Árabe, utilizada para por la reina para sus recepciones y fiestas, la Sala Turca, utilizada para charlar y fumar, y el Gran Comedor. El comedor es una de las estancias más impactantes del castillo. Es de estilo morisco, y en él encontramos una enorme mesa de madera con capacidad para 36 personas. En la planta alta se encuentran las estancias privadas de los reyes de Rumanía y algunas salas más.
Para comprobar horarios de apertura, que no son nada regulares, es mejor entrar en su página web pinchando aquí.
En los mismos jardines del castillo Peles encontramos, también, el palacio más pequeño Pelisor en estilo Art Noveau. Éste también fue mandado construir por el mismo rey, Carlos I, aunque quien se alojó en él fue su sobrino y futuro heredero, el príncipe Fernando (segundo rey de Rumania).

Visita de las iglesias fortificadas de Hãrman y Prejmer.
Estas dos iglesias se encuentran a tan solo 16 km al norte de Brasov y son algo bastante curioso. Se trata de iglesias situadas en el centro de un recinto protegido por gruesas murallas. Nunca había visto una cosa igual, son construcciones religiosas completamente amurlladas, por fuera parecen plaza de toros. Las murallas que protegen las iglesias tienen entre 4 a 5 metros de grosor y en su interior se construyeron varias celdas o habitaciones que sirvieron como almacenes o para alojar a la población de la aldea en caso de ataque de las tropas tártaras o turcas.

La iglesia de Prejmer está declarada Patrimonio de la Humanidad. Es impresionante la cantidad de celdas que hay en sus murallas, más de 200. Tres de ellas son actualmente utilizadas como museo, donde encontraremos objetos o una pequeña escuela de la época. Está muy chulo recorrer estas celdas, ir pasando de una a otra por las estrechas y empinadas escaleras de madera que las une. Incluso, se puede pasear por la crestería situada en lo alto y por detrás de las celdas de la muralla. Prejmer disponía, además, de un túnel subterráneo por el que estaban conectados con el exterior, de manera que podían aprovisionarse durante periodos de sitio.

Hãrman no ha sido incluida en la lista de Patrimonio de la Humanidad, pero merece ser visitada. Está muy cerquita de Prejmer y tiene un encanto especial por lo cuidada que está. Ha sido restaurada y sus jardines están decorados con macetas y flores de colores. En Hãrman se puede acceder a lo alto de campanario, desde donde se obtienen unas magníficas vistas de los alrededores y del propio recinto.

Hay excursiones organizadas desde Brasov para visitar estas dos iglesias fortificadas, tan solo te llevará una mañana. O puedes realizarlo por tu cuenta si tienes un coche alquilado. También puedes llegar a ellas en taxi o Uber, como te comento están a tan solo 20 minutos en coche de Brasov, por lo que puedes cerrar un precio con un taxista de la ciudad para visitarlas. En cualquier caso, no dejes de visitarlas son realmente sorprendentes y curiosas.
Visitar una de las ciudades más bonitas de Rumanía: Sighisoara.
Sighisoara al igual que Brasov fue fundada por los sajones en el siglo XIII y también es Patrimonio de la Humanidad. Su casco histórico es bastante más pequeño que el de Brasov, pero igualmente bello. Está a sólo 100 kilómetros en dirección norte de Brasov y se puede llegar en tren o en coche. Sighisoara fue una de las ciudades que más me gustaron de Transilvania. Su casco histórico se recorre fácilmente en un par de horas. Lo principal es callejear por sus estrellas calles medievales que forman la ciudadela. Protegida por murallas y 14 torres es una de las pocas ciudadelas aún habitadas en Europa.
Se puede subir a la torre del reloj, que con 64 metro de altura ofrece las mejores vistas de la ciudad y sus alrededores. Esta torre es actualmente la entrada o salida principal del casco histórico de Sighisoara. Junto a allá se sitúa la casa de Vlad Dracul o Vlad II y su esposa. La leyenda dice que fue en esta casa donde nació el mal conocido Drácula, Vald Tepes. Al parecer nació y vivió aquí durante sus primeros cuatros años. Esta casa actualmente es un restaurante tradicional, pero en su interior se cobra una pequeña entrada por visitar lo que podría ser la habitación donde nació. Yo no lo llegue a visitar, pero eso ya es decisión de cada uno.

En cambio, subimos los 176 peldaños de las Escaleras Escolares. Una escalera de madera cubierta que data del 1642 y que une la parte alta, donde estaban las antiguas escuelas con la parte baja. Estas escaleras permitían a los estudiantes resguardarse del frío y de la lluvia en época invernal. En la parte de arriba se encuentra la Iglesia de la Colina con el cementerio Sajón justo enfrente y la Antigua Escuela (Schola Reipublicae Seminarium) del 1619, donde se conserva un aula con material de estudio de esta época.

Avistamientos de osos en Liberty Bear Sanctuary
Además de sus históricos monumentos, Brasov es conocida por encontrarse rodeada de bosques, donde es bastante habitual el avistamiento de osos pardos. Incluso, hay testigos de haber visto estos carnívoros dentro de los límites de la propia ciudad, pero esto no es algo que el turista pueda ver comúnmente. Si quieres ver osos en libertad te recomendó realizar la ruta Transfãgãrãsan. Claro que no es nada que esté garantizado, pero yo si los pude ver como te cuento en mi entrada Rumanía en 11 días. En Rumanía viven unos 6.000 osos pardos, lo que representa casi el 60% de todos los osos de Europa. Los osos pardos son más pequeños que los grizzlis, pero tienen la misma joroba formada por masa muscular en la espalada, y pueden alcanzar casi 50 km/h.

Si no dispones de tanto tiempo para acercarte a la Transfãgãrãsan o a realizar un circuito de rastreo, puedes visitar Liberty Bear Sanctuary. Con 69 hectáreas es la mayor reserva de osos pardos del mundo. Aquí viven más de 100 osos liberados de espantosos cautiverios. Algunos de estos osos han sido rescatados de circos o de particulares de este país o países cercanos como Armenia, Albania o Bulgaria. En Rumania está prohibido tener un oso como mascota desde 2005. La visita solo es posible en tour organizados con guía de máximo 40 personas. Para asegurarte la entrada conviene comprarla con antelación en su página web oficial a Liberty Bear Sanctuary.

Alojarse en Brasov y recorrer sus alrededores, ya sea en transporte público, en excursión organizada o en coche, es la mejor opción para conocer los atractivos del país. Aquí se encuentran los principales tesoros de Transilvania, pero si tienes tiempo y quieres conocer en profundidad este bello país, echa un vistazo a mi artículo Rumanía en 11 días. Si no tienes tanto tiempo, pero quieres conocer algo más auténtico y menos turístico no te pierdas la región de Maramures y sus iglesias de madera. Maramures es la región ideal para conocer las tradiciones rurales y vivir la esencia del país, por lo que si tienes oportunidad te aconsejo no perdértela.
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